miércoles, 25 de febrero de 2015

EL HOMBRE DE LA CALESITA

                                               EL HOMBRE DE LA CALESITA 

Cada vez que me cruza por la calle, el hombre de la calesita me pregunta si no sé de algún trabajo.
El hombre de la calesita es alto, flaco y desgarbado y, cuando encuentra un manojo de revistas en un contenedor de basura, sonríe y se va con ellas bajo el brazo. 
Heredó la calesita de la plaza "Las Heras", con la que su padre consiguió el dinero para criarlo, pero los chicos, hoy prefieren dar vueltas sobre una computadora. 
El hombre de la calesita suele sentarse sobre el caballito blanco de su herramienta de trabajo a esperar a que algún niño le de marcha al motor. 
Los días de lluvia, el hombre de la calesita, cubre la calesita con una lona verde algo agujereada y se sienta en un banco de la plaza a mirarla. 
Y el hombre de la calesita, llora, pero nadie se da cuenta de que lo que moja su rostro no son gotas de lluvia, pero, ¿a quién le importa?. 
Después de todo, el mundo entero sabe que, si bien los hombres no deben llorar, menos aún, los que tienen una calesita.

4 comentarios:

  1. Lindo meu amigo, demais belo: Y el hombre de la calesita, llora, pero nadie se da cuenta de que lo que moja su rostro no son gotas de lluvia......
    Belo demais, beijos

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  2. Buen intento, no quiero decir con esto una desmotivación, espero que siga escribiendo. :)

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  3. Tu estilo vislumbra un hombre bonachón, que con su decir sencillo, expresa tantas cosas que siempre son agradables leer.
    Un gusto leerte.
    B.B.

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